Aún en épocas de economías turbulentas y volatilidad cambiaria las opciones de inversión siguen siendo un tema de consulta a diario para las entidades bancarias. La necesidad de los clientes de obtener rendimiento de su dinero y evitar pérdida del valor por el efecto inflacionario es un tema recurrente.
Hoy existen muchas opciones que los inversionistas pueden evaluar. En particular, en el caso de las inversiones públicas y privadas, la posibilidad de tener mayor información independiente de sus riesgos asociados, respecto de otras opciones, las hace atractivas.
Mediante las calificadoras de riesgo como Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch, que emiten sus análisis sobre los diferentes países, se puede realizar una lectura más profunda y evaluar la complejidad de cada caso.
Algo similar sucede con las calificadoras de empresas privadas que, contratadas por el inversionista, realizan una consultoría personalizada, no sólo de la empresa que emitirá la deuda, sino del contexto de la economía del país, región y rubro al que pertenece.
Para entender cuál opción es mejor para tu portfolio de inversiones, lo primero que sugieren nuestros especialistas es hacer tu propio análisis de riesgo y evaluar la capacidad para asumirlo.
Algunos de los puntos claves para analizar, tanto en las inversiones públicas como privadas son:
- Historial de pago.
- Capacidad de pago a futuro.
- Morosidad.
- Crédito ya tomado.
- Solvencia patrimonial.
- Garantías.
Las opciones más moderadas en este momento son los Bonos del Tesoro Americano o de otros Países calificados como de bajo riesgo. A nivel local la opción de los bonos Cer, que se ajustan por el Índice de Precios al Consumidor, son lo más solicitados.
Como es evidente, toda inversión tiene un riesgo asociado, pero un correcto análisis de la información existente, las variables e imponderables que puedan surgir, minimizará su probabilidad de ocurrencia y/o impacto.