Estrategias defensivas para tiempos volátiles
•La persistencia inflacionaria obliga a una respuesta de política más convincente. La transitoriedad de la alta inflación en los países centrales sigue siendo la visión mayormente aceptada, pero mantener esa credibilidad exige una categórica reacción de política. En consecuencia, tanto la Fed como el ECB probablemente tengan que sobreactuar en el corto plazo, si la situación en Ucrania lo permitiera, anticipando tensión y volatilidad en los mercados financieros.
• Indistintamente, la política monetaria sigue enfrentando el dilema entre lo necesario y lo posible. El exceso de ahorro estructural de la economía mundial y la fuerte tendencia secular decreciente en tasas reales impone un balance extremadamente delicado a la ejecución de política económica. Ese entorno desafiante sugiere que el sendero a la nueva normalidad difícilmente será armonioso, pero dista de convalidar un pesimismo generalizado en la inversión de riesgo a mediano plazo.
•La percepción de un quiebre en las políticas de estímulo es el principal riesgo inmediato. Su efecto, sin embargo, debiera ser la natural moderación del ciclo. Una política monetaria más contractiva sólo significa la atenuación de una recuperación robusta, con condiciones financieras favorables, un mercado laboral fuerte, y fuertes flujos y balances en compañías y bancos.
• Riesgos geopolíticos crecientes también conspiran con la selectividad desprotegida de activos. El impacto en el corto plazo del conflicto en Ucrania no debe subestimarse. Más que nunca, la guía de inversión debiera seguir siendo la capacidad de ganancias y el poder de mercado, y la diversificación, pero incorporando la introducción de protección ante eventos de iliquidez o extrema volatilidad.
•Argentina: con el Fondo o hacia el fondo. Tanto el gobierno como el FMI han mostrado signos de voluntad para acordar un programa económico. El esfuerzo ha sido mutuo, con el FMI aceptando metas alcanzables y el gobierno resignando amplia libertad fiscal y monetaria. Existen algunas discrepancias de último minuto. De resolverse, las dudas se trasladarán a la ejecución y a la coerción política de una alianza de gobierno inestable. El programa anunciado no reduce los desequilibrios macroeconómicos vigentes, pero previene un deterioro mayor. Tampoco evita la necesidad de la alta inflación como mecanismo de ajuste principal. Pero el control relativo de la inflación continuará contingente con el cumplimiento de las metas acordadas, que serán crecientemente desafiantes.