Los pronósticos de inflación para todo este año se ubican en torno al 50%, un número que es muy elevado y que puede acrecentarse si el Gobierno acelera con fuerza la emisión y el gasto público, con el mero sentido de volcar pesos a la calle para intentar revertir en noviembre el golpe político sufrido en las PASO.
Algo que también pondrá en el centro del debate el precio del dólar, la presión que tendrá a la suba y los esfuerzos del Banco Central por intervenir e intentar controlar su cotización.